domingo, 27 de abril de 2014

El "Fracking" provoca los sismos en Nuevo León.


¡NO al FRACKING, NO al GAS SHALE!

"La naturaleza es una obra de arte, pero Dios es el único artista que existe, y el hombre no es más que un obrero de mal gusto"
George Sand.

La Universidad Autónoma de Nuevo León presentó un estudio que demuestra la relación entre el aumento e intensidad de los sismos con la fractura hidráulica.

Se ha hablado mucho del riesgo del fracking y las múltiples formas en que esta actividad afecta la calidad de vida de los ciudadanos. Las pruebas de los desastrosos efectos secundarios son visibles ante todos menos para los ojos de quienes lo impulsan y se verán beneficiados con esta actividad. Varias organizaciones y universidades han advertido del peligro que se avecina cuando por fin se empiece a practicar en México de manera regular. Algunos de los efectos del fracking es el aumento de la sismicidad ya que la tierra tiene que fracturarse a grandes profundidades para liberar el gas y esto hace que el subsuelo sea más frágil.
Comprobando que esta no es una suposición, la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) presentó un estudio que relaciona directamente la actividad sísmica con el fracking desde que se empezó a realizar en algunos municipios del estado. El Servicio Sismológico Nacional (SSN) muestra un aumento tanto en intensidad como en frecuencia de los sismos en la región.
La Facultad de Ingeniería Civil de la UANL presentó un análisis que señala la coincidencia entre la profundidad de los pozos perforados en la Cuenca de Burgos al noroeste de Nuevo León con la profundidad del foco de los movimientos telúricos que al momento son 31 variando entre 3.1 hasta 4.3 grados en la escala de Richter.

El director de la investigación “Sismicidad del Estado de Nuevo León”, Juan Manuel Rodríguez Martínez es doctor por el Instituto Petrolero de Moscú y afirma que aparte de la fractura, el líquido inyectado a presión en el subsuelo es también un factor clave en la sismicidad junto a colapsos de cavernas subterráneas por la falta de agua.
La sismicidad ha aumentado también en las zonas comprendidas entre Ramores, General Terán y Anáhuac donde ya se practica el fracking para evaluar la disponibilidad de gas shale en los siguientes años. Tan sólo en la Cuenca de Burgos se planea perforar 17 mil pozos a profundidades de 4.5km para el año 2022. Esta es la reserva de gas natural más grande del país no asociada al petróleo.

Mientras este estudio fue presentado, PEMEX y la UANL realizan otros tantos en la zona para obtener más conclusiones. Esperemos que la petroquímica reconozca a tiempo el peligro que corre la zona si se sigue explotando como se tiene previsto y se detenga el fracking en nuestro país antes de ser víctimas de desastres naturales o sufrir la peor escasez de agua de la historia.
 El fracking tiene efectos contaminantes al agua, aire y tierra en cada una de las etapas de su proceso.

La anunciada reforma energética en México podría, entre otras cosas, acabar con los recursos acuíferos. Nada me parece más grave que esto ya que hay otras maneras de generar energías renovables pero no hay tantas formas de conseguir agua limpia para el consumo humano.
En el capítulo de la reforma que se refiere al fracking o extracción del gas pizarra del suelo hay algunos puntos que no son explicados con detalle y que podrían hacer la diferencia entre salvar nuestro ambiente o dañarlo de forma irreversible.
Una de las acciones más peligrosas que conlleva esta actividad es el uso de agua potable. Para fracturar un pozo se requieren de 9 a 29 millones de litros de agua y se tiene proyectado abrir 20 mil pozos al año, las cantidades se elevan entonces de manera descomunal. Para hacer esto, se utilizaría la cantidad de agua que utilizarían de 4.9 y 25.9 millones de personas en un año. 

Además, durante la extracción del gas de lutita no sólo se inyecta agua a presión, ésta se mezcla con otros químicos que las empresas no revelan con exactitud amparándose en el secreto industrial. Esto hace aún más riesgosa la práctica pues, en Estado Unidos, se han identificado cerca de 2.500 productos y 750 diferentes químicos en el agua y tierras cercanas a los pozos que se asocian al cáncer, infertilidad, defectos congénitos, entre otras tantas enfermedades.
El desabasto y contaminación del agua pueden llevar a México a una crisis similar a la vivida en los 90 cuando se aprobó la política de sustitución de combustóleo para la generación de energía eléctrica. En vez de éste se comenzó a utilizar gas natural en un ciclo combinado, argumentando que se reducirían los costos de producción y se ahorraría energía, tal como ahora.
Con los años la demanda en el consumo de gas natural aumentó sin procurarse su producción y aprovechamiento por lo que su importación creció considerablemente. Posteriormente no sólo se importó más gas natural, sino que también combustóleo, lo que en principio se quería dejar de producir.
Independientemente de los recursos económicos involucrados, el daño al medio ambiente es uno de los puntos más riesgosos en las decisiones que se tomen. Este 19 de febrero se analizará en San Lázaro las consecuencias que tendría el fracking en México. Ojalá nuestros diputados entiendan que la armonía de nuestro ecosistema es mucho más difícil de recuperar que el dinero. 

La fractura hidráulica para obtención de gas shale compromete contaminantes en cada una de sus etapas. Su extracción, proceso, transporte, almacenaje y distribución genera emisiones de metano, un gas que se libera al aire 30% más que con el gas natural y produce un efecto invernadero 21 veces más fuerte que el dióxido de carbono, además de los problemas que competen al agua.

Por todos estos problemas es indispensable un marco legal que no sólo regule sino que prohíba su práctica como se ha hecho ya en países como Bulgaria y Francia. En Alemania, Italia, Rumania y Suiza ya se han tramitado peticiones para detener esta práctica. Espero que en México se detenga a tiempo y no tengamos que llegar a mayores acciones para parar esta práctica porque una vez que empiece, sabemos que no va a parar.

Efectos del fracking en Estados Unidos. ¿Qué le espera a México? 


EQUIPO 1. 
Claudia Alvarado Moreno.
Osmar Flores Escalante.

Rodolfo Leal Moreno.
Edgar Liñán Leyva.
Arturo Lugo Valdez.
Valentina Sánchez González.
Arely Yáñez Morales.


UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN.
Facultad de Filosofía y Letras.
Lic. Orestes Cabrales Lara.
Ambiente y Sustentabilidad. 











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