Conforme pasan los días y con las acciones que
hacemos vamos agotando nuestros recursos muy rápido. La capa de ozono, que es una capa frágil de gas, protege a la
Tierra de la parte nociva de los rayos solares, y por consiguiente, ayuda a
preservar la vida en el planeta.
Año tras año, la mala salud de la capa de ozono sigue siendo preocupante. Un informe de la Organización Meteorológica Mundial indica que el nivel que se pierde de la capa de ozono en la Antártida que tuvo lugar durante el 2011 equivaldría al mismo promedio en comparación con diez años atrás. Sin embargo, las autoridades y nosotros como sociedad no tomamos en serio el cuidado de esa pequeña parte de la atmósfera.
Pero razones no faltan, pues la presencia del ozono es algo de suma importancia para el bienestar humano. La mayoría del ozono (el 90%) reside en la zona superior de la atmósfera, en la estratosfera, a una distancia de entre 10 y 40 kilómetros sobre la superficie terrestre.
No hacemos conciencia de que esta ligera capa que estamos destruyendo es lo que se interpone entre nosotros y algunos de los rayos solares UV más dañinos, nos protege de contraer cáncer gracias al O3 (ozono).
Estos actos no solamente nos afecta a los seres humanos, también lo que nos rodea se ve afectado. En cuanto a la agricultura, estas radiaciones disminuyen la eficiencia de la fotosíntesis en plantas, lo que afecta a su crecimiento y al número de hojas, semillas y frutos que producen, esto a su vez afecta nuestra producción y economía, porque hay ciudades que viven de las cosechas. La vida ganadera se ve también dañada porque debido a la sequía los animales les faltaran algo tan vital e irán también extinguiéndose. Que hoy en día se presenta, hemos visto que en los ranchos a falta de la lluvia muchas vacas se están muriendo de hambre y sed.
En la vida marítima, las radiaciones UV-B afectan a los organismos existentes hasta unos 5 m de profundidad en aguas transparentes. Esta disminución del metabolismo fotosintético del fitoplancton, base de las cadenas alimentarias, afecta en último término, a todo el ecosistema, provocando una disminución del rendimiento energético global y así matando una cantidad de especies de peces ellos viven del oxígeno y al recortarlo sólo provocaría la extinción de muchos.
Todo esto ya lo vemos hoy en día, pero no tan grave. Podemos decir ¡Hay que hacer conciencia y marcar la diferencia!, pero todos somos diferentes y no todos pensamos igual. Debemos de tomar en cuenta que si realizamos buenos actos quizás, no veremos los resultados nosotros, si no nuestros descendientes; hay que dejarlos que disfruten de lo hoy gozamos nosotros, el agua de la llave “aún saludable”, bañarnos cómodamente, caminatas en los pocos parques verdes, etc..
Cada uno debe responsabilizarse del uso y abuso de ciertos productos que actúan de manera negativa sobre la naturaleza. Podemos hacer mucho y de manera muy sencilla para ayudar a salvar nuestra capa de ozono, nuestro equipo les aconseja lo siguiente. ¡Sólo ustedes saben si los llevan a cabo o se hacen de los oídos gordos!..
· Evitar el uso de los aerosoles o spray.
· Realizar un buen mantenimiento de los aires acondicionados, ya que su mal funcionamiento provoca la fuga de CFC a la atmósfera. (CFC son gases clorofluorocarbonos principales causantes de destruir la capa)
· Utilizar medios de transporte alternativos: metro, bicicleta, o simplemente caminar.
· Disminuir el uso de la calefacción y el aire acondicionado.
· Al usar artefactos para el hogar, utilizar focos ahorradores de menor consumo, además de contaminar menos, ahorraremos en el recibo de luz. Si lo piensas bien matas dos pájaros de un tiro.
El Niño impacta el clima en México provocando mayor precipitación en invierno y escasez de lluvia en verano. Así, la presencia de El Niño en el territorio mexicano está íntimamente ligada con la disponibilidad de agua. La escasez de lluvia en ciertos años es quizá la señal más evidente de un Niño fuerte, y son los costos de la sequía los que más se resienten en México, afectando en especial la producción de granos básicos en algunas regiones, a lo cual se agregan las condiciones extremas de relieve y altitud, entre otras. Más de la mitad del territorio mexicano se considera árido o semiárido, pues más del 60% del escurrimiento se produce en el 20% del territorio, principalmente en el centro y sur, mientras que el norte, correspondiente al 34% del territorio, cuenta con un escurrimiento que alcanza sólo el 2% del total nacional.
Intentando una asociación entre El Niño y el clima de México, en términos generales se puede decir que las lluvias de invierno se intensifican durante años Niño en el noroeste y noreste de México, mientras que disminuyen hacia la parte sur. Los inviernos con Niño, por su parte, resultan más fríos en casi todo el país, mientras que los veranos con Niño son más secos y cálidos que en veranos de Niña.
En años normales, el clima mexicano en invierno es parcialmente modulado por frentes fríos y lluvias invernales, tanto en la región de Baja California, Sonora y Chihuahua, como en la de Nuevo León y Tamaulipas, estados ubicados al norte del país. Algunos de estos sistemas de latitudes medias logran alcanzar bajas latitudes convirtiéndose en lo que se denominan "nortes", que los expertos identifican como el resultado de la acumulación del aire frío en latitudes medias e intensos gradientes meridionales de presión en la tropósfera baja, que resultan en irrupciones de aire frío hacia los trópicos; estos "nortes" afectan los estados de la vertiente del Golfo de México, la península de Yucatán y partes de Centroamérica y el Caribe.
El impacto de El Niño en las lluvias de invierno de México no es siempre el mismo, pues existen diferencias en las características regionales y temporales de las anomalías de lluvia y temperatura de un año Niño a otro. Por ejemplo, en determinadas regiones de los estados de Veracruz, Tabasco y Yucatán, el impacto de El Niño en el clima invernal se relaciona con la actividad de los ya mencionados "nortes", cuyo número e intensidad parecen verse afectados al cambiar la circulación atmosférica, y cuya ocurrencia en la vertiente del Golfo de México se identifica a partir de un descenso de la temperatura superficial de 2º C o más en 24 horas, de cambios en la dirección del viento siendo éste de norte a noroeste, y de precipitaciones.
Fenómeno la niña
También conocido como “el Viejo” o “el anti-“niño”, llamado así porque tiene las condiciones contrarias del fenómeno “el Niño”; presenta descenso de las temperaturas y provoca fuertes sequías en las zonas costeras del Pacífico. La niña comenzó en 1903, el más intenso sucedió en 1988/1989.
Se caracteriza, como ya lo hemos mencionado, condiciones opuestas a los episodios del niño, que serían:
· Disminución de la presión del nivel del mar en Oceanía y un aumento de la misma en el Pacífico Tropical y subtropical junto a las costas de América del Sur y América Central; lo que provoca el aumento de la diferencia de presión que existe entre ambos extremos del Pacífico ecuatorial.
Año tras año, la mala salud de la capa de ozono sigue siendo preocupante. Un informe de la Organización Meteorológica Mundial indica que el nivel que se pierde de la capa de ozono en la Antártida que tuvo lugar durante el 2011 equivaldría al mismo promedio en comparación con diez años atrás. Sin embargo, las autoridades y nosotros como sociedad no tomamos en serio el cuidado de esa pequeña parte de la atmósfera.
Pero razones no faltan, pues la presencia del ozono es algo de suma importancia para el bienestar humano. La mayoría del ozono (el 90%) reside en la zona superior de la atmósfera, en la estratosfera, a una distancia de entre 10 y 40 kilómetros sobre la superficie terrestre.
No hacemos conciencia de que esta ligera capa que estamos destruyendo es lo que se interpone entre nosotros y algunos de los rayos solares UV más dañinos, nos protege de contraer cáncer gracias al O3 (ozono).
Estos actos no solamente nos afecta a los seres humanos, también lo que nos rodea se ve afectado. En cuanto a la agricultura, estas radiaciones disminuyen la eficiencia de la fotosíntesis en plantas, lo que afecta a su crecimiento y al número de hojas, semillas y frutos que producen, esto a su vez afecta nuestra producción y economía, porque hay ciudades que viven de las cosechas. La vida ganadera se ve también dañada porque debido a la sequía los animales les faltaran algo tan vital e irán también extinguiéndose. Que hoy en día se presenta, hemos visto que en los ranchos a falta de la lluvia muchas vacas se están muriendo de hambre y sed.
En la vida marítima, las radiaciones UV-B afectan a los organismos existentes hasta unos 5 m de profundidad en aguas transparentes. Esta disminución del metabolismo fotosintético del fitoplancton, base de las cadenas alimentarias, afecta en último término, a todo el ecosistema, provocando una disminución del rendimiento energético global y así matando una cantidad de especies de peces ellos viven del oxígeno y al recortarlo sólo provocaría la extinción de muchos.
Todo esto ya lo vemos hoy en día, pero no tan grave. Podemos decir ¡Hay que hacer conciencia y marcar la diferencia!, pero todos somos diferentes y no todos pensamos igual. Debemos de tomar en cuenta que si realizamos buenos actos quizás, no veremos los resultados nosotros, si no nuestros descendientes; hay que dejarlos que disfruten de lo hoy gozamos nosotros, el agua de la llave “aún saludable”, bañarnos cómodamente, caminatas en los pocos parques verdes, etc..
Cada uno debe responsabilizarse del uso y abuso de ciertos productos que actúan de manera negativa sobre la naturaleza. Podemos hacer mucho y de manera muy sencilla para ayudar a salvar nuestra capa de ozono, nuestro equipo les aconseja lo siguiente. ¡Sólo ustedes saben si los llevan a cabo o se hacen de los oídos gordos!..
· Evitar el uso de los aerosoles o spray.
· Realizar un buen mantenimiento de los aires acondicionados, ya que su mal funcionamiento provoca la fuga de CFC a la atmósfera. (CFC son gases clorofluorocarbonos principales causantes de destruir la capa)
· Utilizar medios de transporte alternativos: metro, bicicleta, o simplemente caminar.
· Disminuir el uso de la calefacción y el aire acondicionado.
· Al usar artefactos para el hogar, utilizar focos ahorradores de menor consumo, además de contaminar menos, ahorraremos en el recibo de luz. Si lo piensas bien matas dos pájaros de un tiro.
El Niño impacta el clima en México provocando mayor precipitación en invierno y escasez de lluvia en verano. Así, la presencia de El Niño en el territorio mexicano está íntimamente ligada con la disponibilidad de agua. La escasez de lluvia en ciertos años es quizá la señal más evidente de un Niño fuerte, y son los costos de la sequía los que más se resienten en México, afectando en especial la producción de granos básicos en algunas regiones, a lo cual se agregan las condiciones extremas de relieve y altitud, entre otras. Más de la mitad del territorio mexicano se considera árido o semiárido, pues más del 60% del escurrimiento se produce en el 20% del territorio, principalmente en el centro y sur, mientras que el norte, correspondiente al 34% del territorio, cuenta con un escurrimiento que alcanza sólo el 2% del total nacional.
Intentando una asociación entre El Niño y el clima de México, en términos generales se puede decir que las lluvias de invierno se intensifican durante años Niño en el noroeste y noreste de México, mientras que disminuyen hacia la parte sur. Los inviernos con Niño, por su parte, resultan más fríos en casi todo el país, mientras que los veranos con Niño son más secos y cálidos que en veranos de Niña.
En años normales, el clima mexicano en invierno es parcialmente modulado por frentes fríos y lluvias invernales, tanto en la región de Baja California, Sonora y Chihuahua, como en la de Nuevo León y Tamaulipas, estados ubicados al norte del país. Algunos de estos sistemas de latitudes medias logran alcanzar bajas latitudes convirtiéndose en lo que se denominan "nortes", que los expertos identifican como el resultado de la acumulación del aire frío en latitudes medias e intensos gradientes meridionales de presión en la tropósfera baja, que resultan en irrupciones de aire frío hacia los trópicos; estos "nortes" afectan los estados de la vertiente del Golfo de México, la península de Yucatán y partes de Centroamérica y el Caribe.
El impacto de El Niño en las lluvias de invierno de México no es siempre el mismo, pues existen diferencias en las características regionales y temporales de las anomalías de lluvia y temperatura de un año Niño a otro. Por ejemplo, en determinadas regiones de los estados de Veracruz, Tabasco y Yucatán, el impacto de El Niño en el clima invernal se relaciona con la actividad de los ya mencionados "nortes", cuyo número e intensidad parecen verse afectados al cambiar la circulación atmosférica, y cuya ocurrencia en la vertiente del Golfo de México se identifica a partir de un descenso de la temperatura superficial de 2º C o más en 24 horas, de cambios en la dirección del viento siendo éste de norte a noroeste, y de precipitaciones.
Fenómeno la niña
También conocido como “el Viejo” o “el anti-“niño”, llamado así porque tiene las condiciones contrarias del fenómeno “el Niño”; presenta descenso de las temperaturas y provoca fuertes sequías en las zonas costeras del Pacífico. La niña comenzó en 1903, el más intenso sucedió en 1988/1989.
Se caracteriza, como ya lo hemos mencionado, condiciones opuestas a los episodios del niño, que serían:
· Disminución de la presión del nivel del mar en Oceanía y un aumento de la misma en el Pacífico Tropical y subtropical junto a las costas de América del Sur y América Central; lo que provoca el aumento de la diferencia de presión que existe entre ambos extremos del Pacífico ecuatorial.
Se intensifican los vientos alisos, provocando que las aguas profundas más frías a lo largo del Pacífico ecuatorial, queden en la superficie.
Los vientos alisios anormalmente intensos, ejercen un mayor efecto de arrastre sobre la superficie del océano, aumentando la diferencia de nivel del mar entre ambos extremos del Pacífico ecuatorial. Con ello el nivel del mar disminuye en las costas de Colombia, Ecuador, Perú y norte de Chile y aumenta en Oceanía.
Como resultado de la aparición de aguas frías a lo largo del Ecuador, la temperatura superficial del mar disminuye por debajo del valor medio climatológico. Esto constituye la evidencia más directa de la presencia del fenómeno La Niña. Sin embargo las máximas anomalías térmicas negativas son menores a las que se registran durante El Niño.
Durante los eventos de La Niña las aguas calientes en el Pacífico ecuatorial, se concentran en la región junto a Oceanía y es sobre esta región, donde se desarrolla la nubosidad y la precipitación más intensa.
¿Qué
consecuencias nos trae "la
Niña" en el clima global?
Bueno, en los trópicos las variaciones son radicalmente opuestas a las ocasionadas por El Niño. En el continente americano, las temperaturas del aire de la estación invernal, se tornan más calientes de lo normal en el Sudeste y más frías que lo normal en el Noreste.
En América del Sur, predominan condiciones más secas y más frescas que lo normal sobre El Ecuador y Perú; así como condiciones más húmedas que lo normal en el Noreste de Brasil.
En América Central, se presentan condiciones relativamente más húmedas que lo normal, principalmente sobre las zonas costeras del mar Caribe.
En México, provoca lluvias excesivas en el centro y sur del país, sequías y lluvias en el norte de México, e inviernos con marcada ausencia de lluvias.
Tanto este Fenómeno de La Niña como El Niño, son variaciones normales en las temperaturas de la superficie del mar, que han existido desde hace millares de años y que continuarán existiendo, sin que el hombre puede interferir.
(Para más información Fenómeno "la niña")
Por eso insistimos en que debemos informarnos que provocan nuestros actos, pero cómo lo vemos muy cotidiano, pensamos que está bien, o simplemente es normal.
Bueno, en los trópicos las variaciones son radicalmente opuestas a las ocasionadas por El Niño. En el continente americano, las temperaturas del aire de la estación invernal, se tornan más calientes de lo normal en el Sudeste y más frías que lo normal en el Noreste.
En América del Sur, predominan condiciones más secas y más frescas que lo normal sobre El Ecuador y Perú; así como condiciones más húmedas que lo normal en el Noreste de Brasil.
En América Central, se presentan condiciones relativamente más húmedas que lo normal, principalmente sobre las zonas costeras del mar Caribe.
En México, provoca lluvias excesivas en el centro y sur del país, sequías y lluvias en el norte de México, e inviernos con marcada ausencia de lluvias.
Tanto este Fenómeno de La Niña como El Niño, son variaciones normales en las temperaturas de la superficie del mar, que han existido desde hace millares de años y que continuarán existiendo, sin que el hombre puede interferir.
(Para más información Fenómeno "la niña")
Por eso insistimos en que debemos informarnos que provocan nuestros actos, pero cómo lo vemos muy cotidiano, pensamos que está bien, o simplemente es normal.
Debemos responsabilizarnos y no dejar que una película de ciencia ficción se haga realidad y haga que este planeta llegue a condiciones extremas y quedemos sin agua si aire, sin capa de ozono, los que menos tenemos somos los que más sufrimos y si sucede esto, en esta situación no seremos la excepción.
Integrantes:
Mariana Becerra Valenciano.
Laura Margarita Ochoa Ruíz
Itzel Nájera Martínez
Howard Hugh Reeker Serrato
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