El documento del 8 de septiembre del 2000, contiene una declaración de valores, principios y objetivos para establecer plazos a la realización de varios planes de acción colectivos para construir un mundo más pacífico, próspero y justo.
El principal reto, es hacer de la globalización una fuerza positiva, apoyándonos en ella para responder a las necesidades de los países menos desarrollados y de las economías en transición.
Reconocen ciertos valores fundamentales:
· La libertad.
· La igualdad
· La solidaridad
· La tolerancia.
· El respeto de la naturaleza
· Responsabilidad común.
Los representantes de los países miembros, propusieron una serie de objetivos para expresar los valores fundamentales:
· Erradicar la pobreza extrema y el hambre
· Lograr la enseñanza primaria universal
· Promover la igualdad entre los sexos y la autonomía de la mujer
· Reducir la mortalidad de los niños menores de 5 años
· Mejorar la salud materna
· Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades
· Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente
· Fomentar una asociación mundial para el desarrollo
Comprometen a los países a tomar nuevas medidas y a unir esfuerzos en la lucha contra la pobreza, el analfabetismo, el hambre, la falta de educación, la desigualdad entre los géneros, la mortalidad infantil y materna, las enfermedades y la degradación del medio ambiente.
Si hacemos una valoración de lo avanzado en la Declaración nos encontramos con que el desarrollo y el alcance de los objetivos planteados, a día de hoy, sigue siendo una entelequia.
Una entelequia porque los países ricos no están contribuyendo, en absoluto, con lo que un buen día firmaron.
Objetivo 1: la pobreza avanza en vez de disminuir
Objetivo 2: la escolarización en los países del Tercer Mundo o pobres sigue siendo escasa, ya que muchos niños y niñas dedican su tiempo a labores agrícolas.
Objetivo 3: el avance es casi nulo. La discriminación por razón de sexo sigue en niveles de estancamiento a la firma de la Declaración.
Objetivo 4: la mal nutrición, el no desarrollo de genéricos y la bandada de multinacionales farmacéuticas impiden dicho objetivo
Objetivo 5: las condiciones de las madres paridoras y el cuidado de sus hijos sigue siendo infrahumano
Objetivo 6: el ataque contra enfermedades infecto-contagiosas se ve mediatizada por las industrias farmacéuticas y la voz "divina" de la Iglesia católica
Objetivo 7: el desarrollo sostenible sigue siendo una utopía. La gran Amazonía, por poner un ejemplo, es continuamente esquilmada.
Objetivo 8: el único trabajo conjuntado corresponde a determinadas ONG,s con cierto "prestigio" y con bastante fiabilidad.
Es un pequeño resumen de lo comprometido en la Declaración de 2000.Como se puede observar es sólo una "DECLARACIÓN DE INTENCIONES" ya que no existe compromiso político para avanzar en los objetivos trazados.
Equipo:
ELIAS RUIZ MORENO
JOSELLY ZUJEILY LUNA REYES
KAREN AGUAYO MEDINA
YOTZELI ALEJANDRA HUERTA CHAVEZ
ERICKA YAZMIN MARTINEZ REYNA
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