sábado, 15 de febrero de 2014

IMPACTO AMBIENTAL DE LA PISCICULTURA.

IMPACTO AMBIENTAL DE LA PISCICULTURA.

Las prácticas habituales que se utilizan para el cultivo de peces impactan en el medio ambiente a través de distintas formas. Una de ellas es la alimentación de los salmones, la que interviene, tanto en la columna de agua como al fondo marino: a través del alimento no consumido que es altamente proteico y a través de los desechos de los peces. 
Otro problema es la utilización de agentes químicos como antibióticos, fungicidas y compuestos antiparasitarios. Y su impacto en los ecosistemas marinos varían dependiendo de las condiciones del cultivo, se advierte sobre la incertidumbre de su inocuidad. 
Abordaremos los impactos ambientales provocados por el monocultivo intensivo de especies carnívora y por el escape de los peces en cautiverio; y los efectos de estas prácticas en los depredadores naturales de las especies que se cultivan. Los productos de la excreción de los organismos de cultivos son dispersados por las corrientes, los sólidos, como el alimento no ingerido y heces, se depositan en el fondo de lagos y zonas costeras. Las partículas son consumidos por peces silvestres descompuestas en unas aún más pequeñas. La cantidad y velocidad de descomposición depende de factores como la velocidad de corrientes, temperatura de agua y otras propiedades químicas.
Se ha estimado en diferentes regiones y sistemas de cultivo que más del 60% del fósforo  y 80% del nitrógeno aportando por los desechos de las especies cultivadas termina en el agua.

 El aumento de materia orgánica bajo los sistemas de cultivo ha sido constatado tanto en cuerpos de aguas continentales como en zonas costeras. Las heces y restos de alimentos tienen mayores contenidos de carbono, nitrógeno y fósforo porque los sedimentos naturales, produce que bajo los sistemas de cultivo puedan tener un alto contenido de materia orgánica y nutrientes.

EFECTOS AMBIENTALES EN LAS AGUAS CONTINENTALES.

Se ha registrado un aumento en las concentraciones de amonio y disminuciones de las concentraciones de oxígeno. Ello puede alterar los ciclos normales de nutrientes, afectando la abundancia de fitoplancton, zooplancton y peces, fenómenos que han sido detectados ampliamente en diferentes lagos utilizados por prácticas de acuicultura.

IMPACTOS EN EL MEDIO AMBIENTE DE LAS ZONAS COSTERAS.

En las zonas costeras, la identificación de efectos por la presencia de sistemas de cultivo marino sobre la productividad y la composición de especies no ha sido tan clara dado la mayor velocidad de difusión de los nutrientes.
Los efectos directos del depósito de materia orgánica sobre los fondos,  en casos extremos se pueden generar efectos sobre los propios organismos en cultivo.  Se han reportado muertes de peces cultivados, como consecuencia de una inversión de los estratos de agua del fondo  con  una baja concentración en un lago estratificado y aumento de mortalidad por la disminución de oxígeno en zonas costeras. Todos estos aspectos no han recibido toda la atención científica necesaria. 

RAZONES PARA OPONERSE A LA PISCICULTURA
  • Amenaza la integridad de los ecosistemas costeros.
Ha ido acompañado por una huella de explotación de los recursos naturales cada vez mayor, causando la destrucción generalizada de los ecosistemas costeros tales como deltas, estuarios, marismas, humedales y manglares, siendo éste último uno de los ecosistemas más afectados en el mundo. 
  • Disminuye las funciones de los servicios ecosistémicos.
Un claro ejemplo es el manglar, cuyo ecosistema ofrece numerosas funciones ecológicas, de producción y de regulación, algunas de ellas son la protección contra las inundaciones, la erosión, los fenómenos climáticos y la producción de nutrientes, además de ser una fuente de biodiversidad que alberga especies de valor comercial. La destrucción del mangle a favor del desarrollo de la camaronicultura altera y disminuye el flujo de funciones y por tanto de los beneficios generados por este ecosistema a la sociedad.
  • Utiliza métodos de pesca destructivos.
Las empresas que no disponen de suficiente tecnología para obtener las crías en cautiverio, es decir larvas producidas por la propia industria acuícola, las extraen del medio natural. Este tipo de captura resulta muy dañina para el ecosistema, es decir matan, un gran número de larvas de otras especies perjudicando gravemente la viabilidad futura del ecosistema y la supervivencia de numerosas especies, y por ende el sustento y la base alimentaria de la comunidad local.
  • Contribuye al calentamiento global y la crisis climática.
Los manglares retiran el carbono de la atmósfera y lo fijan en la tierra, donde puede permanecer por milenios. Este particular ecosistema puede almacenar hasta seis veces más carbono que los bosques amazónicos en estado natural. Cuando los manglares son degradados para el desarrollo acuícola, se liberan grandes cantidades de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Así pues, si analizamos la huella de carbono asociada a este modelo industrial el resultado es alarmante, puesto que se ha estimado 10 veces superior al de la producción de carne de vacas criadas en las zonas deforestadas de la selva amazónica.
  • Amenaza la salud de los trabajadores y consumidores.
El metabisulfito de sodio, aunque se considera un agente químico de insalubridad máxima en numerosos países, es un conservante químico ampliamente usado por esta industria. Este compuesto, al reaccionar con agua libera dióxido de azufre (SO2), gas que causa irritación en la piel, ojos, laringe y tráquea, y cuyos efectos pueden provocar, según numerosos estudios científicos, graves enfermedades a las personas expuestas. Otros estudios constatan niveles elevados de PCB (conocido tóxico y cancerígeno) así como otros compuestos contaminantes. A todo esto, se debe sumar las grandes cantidades de antibióticos que se subministran a los langostinos cultivados, para prevenir la propagación de bacterias, cuyos efectos tienen graves consecuencias sobre el medio ambiente, pero que también pueden tener efectos nocivos sobre el consumidor.


EQUIPO 1. 
Claudia Alvarado Moreno. 
Osmar Flores Escalante.
Rodolfo Leal Moreno.
Edgar Liñán Leyva.
Arturo Lugo Valdez.
Valentina Sánchez González.
Arely Yáñez Morales.

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN.
Facultad de Filosofía y Letras.
Lic. Orestes Cabrales Lara.
Ambiente y Sustentabilidad. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario